REGLA TORRES HERRERA
Genuina exponente de ser una mujer bella y elegante se ejemplifica con su presencia como codiciada modelo en tradicionales Festivales del Habano que reúnen cada año en La Habana a personalidades de todos los confines.
En su vida de voleibolista ha hecho cuanto se ha propuesto como integrante del equipo campeón olímpico en las ediciones en Barcelona’92, Atlanta’96 y Sidney 2000. Además, cooperó a la obtención de dos campeonatos del mundo y cuatro copas del universo.
La Federación Internacional (FIVB) la seleccionó como la jugadora más destacada del Siglo XX. ¿Qué más se podría decir de ella?
La espigada morena capitalina de 1,91 metros se adentró en el deporte, cuando apenas había cumplido los ocho años a instancias de su mamá. Sus excepcionales condiciones propiciaron que seis años después del despegue ya formaba parte del equipo nacional, tras intervenir en los Juegos Escolares.
Junto a su compañera Mireya Luis, otra superdotada, fue estelar entre un conjunto plagado de estelares. Tres años después de la cita en Sydney ella no ha anunciado su retiro oficial. Quizás sueñe con aspirar a su cuarto título olímpico, aunque en realidad en los años más recientes ha sido víctima de frecuentes lesiones en sus rodillas.
Atacadora central por excelencia, siempre ha destacado por su entrega y disciplina tanto en las agotadoras jornadas de entrenamiento como en la cancha de juego. Podrá continuar en activo o decir adiós. Su historia ya está escrita.
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