ELIGIO SARDIÑAS MONTALVO (KID CHOCOLATE)
Su nombre está en la selecta lista de los inmortales del boxeo. Su estatua, cual Díos de Ébano, prestigia una de las entradas del afamado Madison Square Garden, en Nueva York .
“Yiyi” como lo llamaban sus más allegados, conquistó la gloria a puño limpio y fue tal su calidad que llegó a ostentar simultáneamente las fajas mundiales del boxeo rentado en los ligero júnior (1931) y de los gallos (1932).
El seis de enero de 1910 nació en el Cerro, La Habana, este inmortal de cuna muy humilde y que apenas pudo cursar los estudios más rudimentarios. Falleció en la capital durante el verano de 1988.
Luis Felipe “Pincho” Gutiérrez, afamado entrenador de la época, comenzó a pulir al Kid, quien en 1928 partió hacia Nueva York con el sueño de tomar el cielo por asalto.
Solo un año después derrotaba a un consagrado como Al Singer y cerraba los últimos tres meses con otros sonados triunfos que lo catapultaron al estrellato.
El dinero le entraba en sus arcas y con la misma velocidad que uno de sus jabs lo gastaba. Pasó a un estilo de vida desordenado en extremo, pero sus excepcionales condiciones le permitían tutear a la gloria.
El siete de agosto de 1930 cedió su colosal invicto al caer en La Habana contra Kid Berg, púgil inglés de apenas 21 años. Al año siguiente salió airoso en diez pleitos y solo perdió contra Tony Canzoneri, pero Berg volvió a superarlo en 1932, lapso en que, sin embargo, sonrió en 19 compromisos.
Tuvo una envidiable carrera: 126 victorias, diez derrotas y seis tablas. Noqueó a 44 y cayó por esa vía sólo en par de ocasiones.
Hace años un colega escribió: “Fue tal la grandeza del Kid que logró meterse al mismísimo Broadway en un bolsillo de su impecable chaleco blanco.”
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