IVAN PEDROSO SOLER
Nadie como él se ha ganado por derecho propio un lugar cimero en la historia del atletismo. Archiva cinco títulos mundiales bajo techo y tres al aire libre a partir de 1993, siega jamás acumulada en un lapso que roza la década.
Muchos lo han considerado como el único capaz en el planeta de volar hasta los nueve metros en salto de longitud. Una vez, en 1995, en Sestrieri, Italia, estuvo muy cerca de la ansiada marca, pero una fuerte niebla y un juez caprichosamente parado cerca del anemómetro, echaron por tierra todo el esfuerzo de este canguro humano que había llegado esa vez hasta los 8,96, un centímetro más allá del actual récord mundial.
Durante los Juegos Olímpicos en Sydney demostró ser un saltador que sabe crecerse en el fragor de la competencia. Vino de abajo y en el último intento rubricó un estirón de 8,55 metros para relegar al local Jan Taurima, quien se sentía seguro ganador con salto anterior de 8,49.
El mulato de 1,72 metros y 69 kilogramos de peso asombró a los más de 100 000 espectadores presentes y a millones de televidentes. Respondió al apoyo que le brindó la afición australiana en demostración de una caballerosidad sin límite, hecho reconocido en la clausura por Juan Antonio Samaranch, presidente del COI.
En contra de criterios vertidos por especialistas, Iván Pedroso logró incluirse en la final olímpica en Atenas 04. Tuvo pobre temporada veraniega, pero selló en la capital helénica un respetable brinco de 8.23 metros, su mejor salto durante el año.
Nacido el 17 de diciembre de 1972 tiene fijado un salto de 8,71 metros como su mejor marca personal. Su presencia en lides de nivel ha mermado considerablemente a partir de seria lesión en su muslo derecho, que incluso lo llevó al quirófano.
Muestra los títulos centrocaribeño, en Maracaibo 98, Panamericano, al año siguiente, en Winnipeg. Además se ha paseado triunfante en Juegos Mundiales Universitarios y Juegos de Buena Voluntad. |