ANIER GARCíA
Su condición de gigante de los 100 metros con vallas alcanzó el climax en la final disputada en Sydney, donde destrozó todos los mitos estadounidenses para convertirse en el primero que en esa prueba, durante unos Juegos Olímpicos miró sobre sus hombros al resto de los rivales, tras emplear 13 segundos exactos en la prueba, séptimo mejor registro de todos los tiempos.
Con 1,90 de talla y 85 kilogramos de peso, es dueño de una depurada técnica, donde conjuga la armonía en el cruce de las vallas con una endemoniada velocidad en los pocos tramos que la prueba lo permite.
La preparación que antecedió a su presencia en la cita olímpica fue excelente. Estaba convencido de la victoria y la preparación psicológica resultó decisiva.
El espigado velocista ha tenido un meteórico ascenso. Su primer resultado en grande se remonta a 1994, cuando fue quinto en el Campeonato Mundial (j) realizado en Portugal. Al año siguiente coronó monarca panamericano sub-19 años e igualmente lideró la justa iberoamericana y llegó a semifinales en la cita estival en Atlanta'96.
En campeonatos del mundo fue segundo en Atenas (1999) y en Edmonton(2001). En Mundiales bajo techo, oro en Sevilla (1997), pero cayó al sexto en Maebashi (1999); segundo en 2001 y en Birmigham (2003).
Se adicionan sus victorias en dos juegos panamericanos (1995 y 1999), así como el título en la lid de Centroamericana y del Caribe, en 1998.
En lo que muchos consideran una proeza, Anier García llegó a los Juegos Olímpicos de Atenas 2004 después de atravesar un ciclo cargado de lesiones que lo llevaron a tener notorio sobrepeso.
Supo crecerse tras una temporada previa sin resultados sorprendentes y fue tercero en la capital helénica con registro de 13,20 segundos para conquistar una medalla de bronce.
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